En días como éstos hay que seguir insistiendo en que el trabajo realizado debe continuar, con más esfuerzo y tesón si cabe, para que de verdad este deseo sea una realidad.
Para que las niñas dejen de ser princesas en manos de sus padres, sus compañeros, sus maridos, sus hermanos, y dejen de ser objeto de deseo y de trueque.
Para que las niñas puedan ser lo que más desean: heroínas o villanas, astronautas, químicas, modelos, madres, maestras, ingenieras, violinistas, pilotos de carreras, mecánicos, tractoristas, arquitectas...
¡¡¡SEGUIREMOS LUCHANDO!!!
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por un mundo más justo y feliz
ResponderEliminarMuy buena reflexión! Esperemos que cambie todo pronto :)
ResponderEliminarUn abrazo!
espero que lo podamos ver así, pita. bss
ResponderEliminartodavía tengo la esperanza, Sònia.
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