Emplearemos elementos encontrados en la naturaleza, o en el patio, si tenemos la suerte de tener un patio lleno de árboles, como el nuestro.
Así demostraremos que no es necesario comprar materiales y cómo en tiempos pasados las personas podían pintar sin tener los sofisticados pinceles que tenemos hoy en día y sin plásticos.
Necesitaremos ramitas de tamaño mediano y hojas de pino, abeto, cedro o romero.
Hacemos un manojo de hojas y las unimos al palito con un cordel, de forma que quede muy bien atado y fuerte para que no se nos despeluche al pintar.
Y ahora... vía libre para usar la imaginación y los colores que más nos gusten.
¡Muy imaginativo! Y seguro que salen cositas muy interesantes con esos pinceles tan peculiares. Me ha gustado hasta para probar yo misma.
ResponderEliminarBesos
pues es lo suyo, jijiji. Un besote, seño.
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