Para aprender a hablar y a repetir palabras hay que discriminar los fonemas que las componen de forma efectiva.
La discriminación auditiva es la base de que nuestro habla sea comprensible para los demás.
Este es un ejercicio de discriminación auditiva de lo más sencillo, pero también de lo más eficaz.
Hace años que lo llevo haciendo con los chavales de 5 años y siempre les encanta y lo piden varias veces, así que se tiene que hacer un par de semanas,pero de forma no contínua.
Como se ve en la imagen, los huevos de plástico, los míos son reciclados, están rellenos de diferentes elementos (garbanzos, alubias, arroz, quinoa, fideos, estrellitas de pasta, semillas de trigo, maíz, lentejas, grava, bolitas metálicas, anises, clips, encuadernadores, agua, arena, piedrecitas, trocitos de goma de borrar, palitos, canicas o de todo aquello que se nos ocurra).
El primer juego es enseñar lo que tiene cada huevo, cerrarlo y hacerlo sonar.
El segundo juego es hacer sonar el huevo y adivinar de palabra, y entre todos, lo que hay.
El juego más completo y último consiste en hacer unas tarjetitas con las sustancias que tienen los huevos. Cada niño-a debe coger un huevo, hacerlo sonar e intentar adivinar lo que tiene, coger el cartel de ese relleno y ponerlos juntos en una mesa. Ahora le toca el turno a otro niño-a que hace lo mismo, y así hasta que se acaban los huevos.
Ahora iremos abriendo de uno en uno los huevos viendo si coinciden con las tarjetitas elegidas.
Pincha en la imagen.