Las palabras mágicas son básicas para que los niños y niñas aprendan a convivir de una forma normalizada y valorando en todo momento a los interlocutores, sean otros niños o adultos.
En su aprendizaje debe intervenir tanto la familia, como la escuela, por eso me he decidido a hacer estas para ir comentándolas con los chavales y hacer de su práctica un hábito saludable para nuestra salud social.
Mi propuesta es que se trabajen por semanas de forma individualizada insistiendo en su uso. Cada semana aparecerá una nueva que se irá poniendo en el corcho o mural o pizarra o lugar destacado de la clase recordando las anteriormente aprendidas. Para trabajarlas es indispensable poner ejemplos reales y en vivo y en directo, así los peques verán su necesidad y asimilarán su uso. Por ejemplo, hacemos que en la asamblea un compañero-a les de algo, ellos-as deben decir gracias y el otro-a les contestará de nada a la semana siguiente.
Estaba haciendo otros carteles, pero estos conejitos me parecieron graciosos.
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