En esta técnica emplearemos cola blanca, sal y agua de rotulador (ya lo explicamos en otra entrada).
Primero hacemos un dibujo con el lápiz, después pasamos el bote de boca estrecha de cola blanca por encima del lápiz para taparlo.
Luego echaremos sal, mucha sal, varias veces por encima de la cola que quede todo cubierto (es conveniente hacerlo en una bandeja o recipiente para aprovechar la sal sobrante).
Cogemos el agua de rotulador, y pintamos el dibujo. Casi no hay que tocar la sal porque absorbe el color enseguida.
Mirad qué bonito queda.