El quilling es una técnica de papel enrollado que, aunque al principio cuesta un poco, desarrolla la motricidad de los dedos y el gusto estético.
Es un arte milenario chino que tiene mucha complejidad, se llama filigrana en papel, pero que nosotros lo vamos a emplear de la forma más sencilla para hacer composiciones muy originales y bonitas.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el papel que se enrolla son tiras largas de papel, se debe emplear din A3 para que sean lo más largas posible. Yo las corté con una guillotina, pero se pueden cortar a mano, aunque es más latoso, o con cutter. También se pueden comprar, pero no merece la pena, porque no resultan baratas y además podemos emplear papeles que estén escritos por un lado y así reciclar un poco.
Todas deben tener el mismo tamaño de anchura, eso es esencial. Y cuanto más largas sean más concentrado se quedará y será más voluminosa la creación.
Los niños-as enrollan los papeles y se les da un puntito de cola al final para que no se desenrosquen, luego se pegan haciendo la composición deseada.
Para realizar esta técnica de forma más "profesional" existen diferentes aparatos y plantillas, pero nosotras queremos trabajar la motricidad manual, así que...
Os dejo un ejemplo.