En esta entrada especial quiero compartir con todas vosotras y vosotros recursos para trabajar, de la forma más sencilla posible, las emociones en los niños y niñas de nuestras clases.
El primer paso es enseñarles a identificar las emociones. Como no poseen la habilidad lingüística suficiente para decir lo que les pasa suelen expresarse llorando, pataleando, chillando... por lo que tendremos que poner palabras a sus emociones: "¿Estás triste? ¿Estás muy enfadado?"
Para ello, nosotros deberemos reconocer los rasgos que determinan cada emoción: "Cuando un niño siente ira la expresa con todo su cuerpo y conducta: poniéndose en acción con movimientos enérgicos, mandíbula apretada, sonidos fuertes de llanto o grito que acompañan estos movimientos, conducta quejosa, irascible. Cuando siente miedo lo expresa encogiendo su cuerpo, paralizando su movimiento, cerrando los ojos o con lágrimas, emitiendo sonidos suaves o fuertes y con un comportamiento de demandar refugio o cobijo en alguien que le proteja. Cuando siente aburrimiento lo expresa también con un comportamiento demandante o de frustración pues no le gusta aburrirse. Cuando siente vergüenza su comportamiento es retraído, como si no atendiera, mirada baja, carita más bien triste y poco o nada comunicativo."
Para darles pautas y ayudarles a reconocer y canalizar sus sentimientos, podemos hacer un ejercicio muy sencillo a diario, durante el tiempo que se necesite. Cuando los niños-as están entrando en clase o vienen del recreo, que es cuando más conflictos y emociones salen a flote, nos fijaremos bien en la actitud que traen la aprovecharemos para mimetizarnos y hacerles ver que nosotros también nos podemos sentir igual. Les explicaremos por qué nos podemos sentir de esa manera y qué es lo que nos ha podido pasar y después les invitaremos a que ellos hagan lo mismo, explicando con sus palabras lo que les ha pasado. Poco a poco, día a día, iremos viendo como son capaces de expresar lo que sienten de forma voluntaria y habitual. Habremos dado un paso de gigantes.
El siguiente paso será calmarse cuando se tienen sentimientos fuertes e intensos de rabia, ira, enfado... que pueden derivar en conflictos. Calmarse es parar, respirar y reflexionar. Para hacerlo nos va a venir estupendamente la
técnica de la tortuga (juego educativo para el autocontrol de la conducta impulsiva).
En este
vídeo-documental rodado en el colegio Sagrada Familia de Gavà se ve de una forma más clara cómo se trabaja con la tortuga en infantil, haciendo que ésta realice las mismas acciones y tenga los mismos sentimientos que habitualmente tienen los niños-as de estas edades. (A parte de eso, el resto del documental no tiene desperdicio, es fantástico).
Otro cuento parecido, un poco diferente pero con la misma finalidad es el de
La historia de Juan-tortuga, páginas 67, 68 y 69 de la Guía práctica para educadores de alumnos con TDAH. En este cuento la tortuga vieja y sabia le enseña a Juan-tortuga que cada vez que se sienta nervioso, rabioso o enfadado, puede meterse en su caparazón, en donde encuentra la tranquilidad necesaria para pensar y recapacitar sobre lo que le preocupa y le está pasando.
Bueno, ya hemos dado los primeros pasos para que nuestros peques sean capaces de identificar sus emociones y de expresarlas y controlarlas.
También os dejo una Colección de 8 cuentos
EMOCIONATE muy interesante sobre celos, envidia, pereza, miedo, tristeza, autoestima, afecto, frustación... Según dicen sus autoras: "Vemos que los niños responden mejor si el mensaje llega de forma visual y motivante, por eso en los cuentos Emocionate hemos querido transmitir por medio del verso y personajes muy divertidos, recursos para identificar emociones y gestionarlos." Estos cuentos contienen recursos educativos, canciones y orientación pedagógica.
Para ir a los cuentos... Pincha en la imagen.