Tener a los más peques ocupados durante viajes, estancias de espera o consultas médicas es una ventaja en todos los sentidos.
Además del aprendizaje que puede aportar el no dar la lata al resto de ocupantes, vecinos o pacientes es una de las acciones que más nos van a agradecer.
Desde jugar con esponjas compradas en cualquier comercio de 1€ a post-it con pinturas, todo vale.
Es una idea estupenda que aconsejo a todo el mundo, pues en la escuela tiene aplicaciones muy significativas.
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