No tiréis los rotuladores que ya no pintan de la escuela o de casa. Vamos a hacer con ellos agua de rotulador.
Pondremos los rotuladores clasificados por colores en diferentes frascos de cristal sumergiendo la punta en agua y esperamos unos cuantos días.
Cuanto más esperemos más intenso será el color del agua.
También se puede sacar el canutillo de tinta de los rotuladores, cortarlos y ponerlos en el agua, pero es más sucio para hacerlo y hace el mismo efecto.
En un par de semanas, más o menos, el agua se tiñe de color y podremos pintar con ellas obteniendo resultados preciosos como los de este dibujo.
Con esta técnica los peques aprenden que todo es aprovechable y que antes de tirar las cosas hay que buscarles una utilidad creativa.