6 ago 2023

Diseña tu currículo. La Taxonomía de Bloom

Bloom, psicólogo educativo estadounidense, hizo importantes aportes a la educación a través de su trabajo en la taxonomía de objetivos educativos y la identificación de factores que influyen en el aprendizaje. 

De esta forma desarrolló una jerarquía de los objetivos educativos que se querían alcanzar con el alumnado, dividiéndolo en tres ámbitos: Ámbito cognitivo, ámbito afectivo y ámbito psicomotor. Es del primer ámbito del que surge la tabla de la taxonomía de Bloom.

El equipo de Bloom jerarquizaba el ámbito cognitivo de la siguiente forma:


Como vemos esta taxonomía consta de 6 niveles: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación.

En 2001 sufrió una revisión por parte de Lorin Anderson y David R. Krathwohl antiguos alumnos del propio Bloom. Los cambios que realizaron supuso:

  • Cambiar los sustantivos por verbos.
  • La denominación del primer nivel pasa a ser recordar en vez de conocimiento o conocer.
  • Ampliar el nivel de síntesis relacionándolo con la creación como un concepto más amplio.
  • Cambiar el orden de los dos últimos niveles, anteponiendo el la evaluación a la creación. De esta manera crear supone el pensamiento mayor orden.
De todas formas, con verbos o sustantivos, la taxonomía es un marco indispensable para diseñar currículos y realizar la evaluación educativa. 

Aquí están sus características:

RECORDAR: es la capacidad de recordar información. Es decir, el alumnado debe ser capaz de identificar y recordar información básica, por ejemplo nombres, fechas o palabras en otro idioma.

COMPREDER: es la capacidad de entender la información que se ha recordado en el nivel anterior. Es decir, ser capaces de explicarla con sus propias palabras y demostrar que han comprendido el significado de la información, por ejemplo explicar un concepto importante.

APLICAR: es la capacidad de aplicar lo que se recuerda y se comprende a situaciones nuevas nunca vistas. Es decir, poner en práctica la información recordada y comprendida, por ejemplo, utilizar una palabra de otro idioma con una persona que lo hable.

ANALIZAR: es descomponer la información en elementos más pequeños. Es decir, el alumnado debe ser capaz de analizar la información para comprender mejor cómo funciona, por ejemplo, analizar una oración en sus componentes en otro idioma.

CREAR: es la capacidad de crear algo nuevo a partir de la información que se ha aprendido. Es decir, se utiliza la información para crear algo original, no creado antes, por ejemplo, escribir una historia nueva, no conocida.

EVALUAR: es la capacidad de evaluar la información aprendida. Es decir, ser capaces de decir si la información es precisa y poseer una opinión sobre la calidad de esa información, por ejemplo, determinar si una fuente determinada es fiable o no.

Posteriormente al trabajo de Anderson y Krathwohl, el doctor Andrew Churches actualizó la taxonomía para la era digital. Churches introdujo nuevas acciones relacionadas con las tecnologías digitales. Acciones o verbos que no existían al finales del siglo pasado y que de alguna manera teníamos que tener también categorizadas.

Es importante hacer notar que esta última revisión no cambia los niveles de la taxonomía ni en orden ni en denominación, simplemente la enriquece introduciendo una serie de aprendizajes propios de los nuevos tiempos. Se introdujeron acciones que deberían ser realizadas por el alumnado tales como “hacer búsquedas en Google”, “subir archivos a un servidor”, “recopilar información de medios”, “publicar”, “programar” etc.

Si necesitas verlo en vídeo AQUÍ ESTÁ EL ENLACE.

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