Se nos presenta un curso lleno de incertidumbre, con más dudas que soluciones y, para qué negarlo, con más miedo que los cerditos al lobo.
El Gobierno, la Ministra, vieja conocida nuestra, las Autonomías y las Delegaciones de Educación en general, no dejan de dar palos de ciego, al menos en lo que a nosotras-os nos atañe. Ponerse de acuerdo es difícil en circunstancias normales, pero estas no son normales, ni mucho menos.
Entraremos en las aulas, profes y niños, pero no sabemos cómo, ni cuándo habrá que decir BASTA. Las familias están tan quemadas como los docentes y ya optan por no traerles al cole.
Ante esta tremenda situación... desear un curso feliz es lo que más me sale del corazón, porque es lo que, de verdad, deseo, que sea un curso feliz. Bueno feliz... más bien medio normal, que ya es bastante.
Quiero enviar un mensaje de ánimo para todos los docentes, familias y chavales, porque estoy segura de que las cosas se van a solucionar, con nuestro esfuerzo y nuestra dedicación vocacional, y de que no será un año perdido para nadie (de la adversidad se aprende mucho más).
**********MUY FELIZ CURSO**********