Algo tan normal como una cerilla puede encerrar sorpresas muy asombrosas.
Las cabezas de las cerillas están hechas de azufre y clorato potásico. La lija sobre la que se frotan es de vidrio en polvo, cola, fósforo rojo y sulfuro de antimonio.
El color rojizo de la cabeza se debe a óxido de hierro.
Al quemarlas este óxido de hierro actúa como catalizador en la descomposición del clorato de potasio.
El ferromagnetismo de las cerillas se produce cuando ya ha tenido lugar el proceso de la combustión de la madera. De esta forma, la cabeza de la cerilla se convierte en hierro metálico, un compuesto que es atraído por el imán de neodimio.
Caja de cerillas
Imán de neodimio
Procedimiento:
Poner varias cerillas en una mesa.
Acercar el imán a las cabezas y comprobar que no pasa nada.
Encender varias cerillas, de una en una, con la lija de la caja.
Dejar que se consuman hasta la mitad.
Aproximar el imán.
Comprobar que las cerillas se pegan al imán.
TODOS LOS EXPERIMENTOS LOS DEBEN HACER CON UN ADULTO Y MANTENIENDO LAS CORRESPONDIENTES MEDIDAS DE SEGURIDAD.
2 comentarios :
sorprendente experimento. Lo intentaremos
Bsos
Hay muchas cosas que ignoramos de nuestro entorno, pero la ciencia... jajajajaj. Un besito, pita.
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