Seguir el ritmo con manos y pies es una maravillosa forma de aprender música.
A muchos peques no les resulta fácil seguir un ritmo dado, los tiempos de respuesta deben ser inmediatos y, a veces, nos encontramos con dificultades para entrar en el tiempo adecuado, pero todo se puede trabajar y aprender.
En este ejercicio se trabajan las palmadas, los pisotones, saltitos y un poquito el desplazamiento de las piernas. Es como una combinación de ritmo y baile.
Les gusta muchísimo y no hacen más que pedirlo cuando cambiamos de actividad o cuando venimos de los descansos de la tarde. Hacerlo en los tiempos muertos, mientras se espera a otros profesores, antes de ir a casa o cuando están muy enérgicos y revolucionados es una buena práctica.
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