Aunque nadie, o casi nadie, sepa que este día es nuestro día... yo sigo acordándome y lo celebro igual.
Mi abuelo era profesor de matemáticas, mi padre era maestro, mis tías eran maestras, mis tía-abuelas eran maestras, yo soy maestra y ahora mi sobrina es maestra. ¿Cómo no celebrar un día como este?
El claustro hace un lunch, el ciclo come pastitas y bombones, las amigas-os maestras-os se van a comer juntos...
Toda celebración es buena siempre, y qué menos que tener un día para nosotras-os, ¿no?
¡¡¡FELIZ DÍA, COMPIS!!!
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