Este novedoso cuento, creado por nosotras, para festejar la llegada de la primavera, permite que los niños y las niñas puedan poner su nombre al final y así hacerlo más cercano.
Es un cuento en forma de pequeñas poesías, sencillas y que repiten una misma estructura para que sea más fácil de memorizar.
Junto con las imágenes hacemos gestos con las manos como si fuéramos pajaritos, abejas o flores, y en la última lámina nos tumbamos en el suelo.
Todos los años lo repito en la escuela y les gusta muchísimo.
Cuando lo he hecho con los peques de 5 años ellos han coloreado las páginas y han rellenado parte del texto haciendo un cuadernillo que llevaban para contarlo en casa.
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