Podemos hacer que nuestras hojas queden perfectas, brillantes, y además que se conserven mucho tiempo con esta técnica.
La cera de abeja es un conservante natural que nos dejará la hoja preciosa.
Se derrite la cera (sin que hierva), se echa en un frasco y de una en una se van metiendo las hojas.
Al sacar la hoja hay que dejarla colgada con una pinza en una cuerda para que la cera se enfríe.
También se puede hacer con glicerina y agua. Se mezclan 1 parte de glicerina y 2 de agua, se mueve hasta que quede homogéneo y se mete la hoja. Debemos esperar por lo menos unos 5 días.
Este método es más lento, pero no hace falta calentar nada.
4 comentarios :
OOOOOOOOO, desconocía estas técnicas. Mañana toca ir pues a la drogueria.
Feliz fin de semana guapa!
Yo he hecho infinidad de hojas así. Son un adorno perfecto para la clase. Si luego las plastificas... te sirven hasta de llavero para el bolso. Jejejej, ideas. Un besazo, pita.
las plastificas después de ponerles la cera? o al plastificarlas ya no hace la cera?
Hola. Pues he probado de todo. Si las plastificas al natural quedan muy bien. Pero debes recortarlas con un poco de margen para que no entre el oxígeno y no se pudran.
Las que tienen cera quedan más brillantes y no necesitan plastificarse. Pero si han quedado poros abiertos se pudren.
Prueba a hacer las 3 fórmulas a ver cómo te quedan.
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