25 mar 2021

Técnicas de relajación (0-6 años)

Muchos niños y niñas presentan una alteración conductual debida al estrés y a la ansiedad.

Aprender técnicas de relajación va a ser un punto de partida para reducir la ansiedad, canalizar la energía, mejorar la concentración, mejorar la autoestima, mejorar la memoria y reconducir los posibles problemas del sueño.

Las técnicas más conocidas de relajación se pueden presentar de muchas maneras, en este caso se va a hacer por edades, que suele ser lo más sencillo.

TÉCNICA DE 0-3 AÑOS

Elegimos un momento del día en el que poder a solas con ellos, por ejemplo, antes de la siesta o de acostarse por la noche.
Con el bebé en su habitación, estirado en una superficie cómoda ( su cuna o camita) y con luz tenue, temperatura agradable y sin otro tipo de distracciones como juguetes con movimiento, pondremos música ambiental de tipo relax. 
Le hablaremos de forma relajada y suave y le contamos un cuento acompañado de pequeños masajes en las manos, piernas o espalda. 
El contacto con la piel es muy importante porque nos acerca y les da confianza. 
Con esta técnica conseguiremos calma y potenciaremos su independencia, pero sin olvidar la protección y la ayuda que le proporciona el contacto físico y nuestra compañía.

TÉCNICAS DE 3-6 AÑOS

Los niños y niñas a estas edades son más independientes y autónomos. Ahora es el momento para empezar a trabajar con técnicas de relajación guiada, tanto en la escuela como en casa. 
Se pueden realizar a cualquier hora, pero lo más sencillo en casa es antes de dormir. 
El ambiente debe ser relajante, tranquilo, con temperatura adecuada y luz tenue. También se puede poner música relax. Los movimientos que realicemos deben ser lentos y calmados, de lo contrario estaríamos activándolo en vez de relajarlo. 

VARIAS TÉCNICAS:
Tortuga: nos permite trabajar con movimientos lentos de brazos y manos. Le podemos explicar un cuento cuyo protagonista sea una tortuga que pasea por un bosque y cuando se encuentra con una amenaza tiene que meter la cabeza en el caparazón. De esta manera estaremos enseñándole a ejercitar la tensión muscular en cuello y hombros para, después, relajarlos y volver a caminar tranquilamente.

Globo: podemos explicarle que es un pequeño globo que alguien empieza a inflar poco a poco. A medida que se va inflando sus brazos y sus piernas tienen que hacerse grandes, grandes mientras respira lentamente. Y cuando esté inflado del todo se va desinflando poco a poco.

Hormiga: tiene que hacerse pequeño, muy pequeño, y mover brazos y piernas como si fuera una pequeña hormiga. En este movimiento estaremos provocando una tensión muscular que deberemos relajar pidiéndole que, poco a poco, se vaya convirtiendo en otro animal o dejando de ser una hormiga, para notar la relajación en los músculos.

Peluche: podemos utilizar un peluche y explicarle que es el papá o la mamá del peluche y que lo quiere mucho, que tiene que abrazarlo muy, muy fuerte. De esta manera creamos una tensión muscular que tendremos que relajar poco a poco pidiéndole que lo vaya soltando. Además, estaremos creando una asociación interesante entre el niño y el peluche, que pasará a ser un elemento relajante más.

Las posibilidades son infinitas, y todo dependerá de la imaginación y creatividad tanto del adulto, como del peque. Llevando a cabo estas técnicas de relajación conseguiremos que el niño conozca las sensaciones de tensión y relajación de su cuerpo, así como ayudarlo a poderse relajar en momentos de tensión y antes de ir a dormir. Con el ejercicio del globo, se puede empezar a trabajar con el control de la respiración, si conseguimos que el niño lo integre estaremos sentando las bases para que, más adelante, pueda utilizar los ejercicios de respiración en su día a día.

2 comentarios :

pitavola dijo...

buenas propuestas, sólo conocía la de la tortuga
Bsos

Blanca B dijo...

Pues ya ves que hay otro animalito, jiji. Un besito, pita.

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